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¡Despierta!

IGNORANCIA

Sócrates (470 - 399 a C) dijo: La verdadera sabiduría consiste en conocer la propia ignorancia. Dicen que la ignorancia da la felicidad, es posible que sea cierto, ya que si ignoras la existencia de algo, no la deseas y si no tienes conocimiento de ciertos hechos, no sufres. Pero también es igualmente cierto que la ignorancia es muy atrevida y que gracias a ella hace que determinadas personas debido a su desconocimiento, sean intolerantes en determinados temas tales como la homosexualidad. Desconfío de las personas sumamente intolerantes y poco comprensivas con las relaciones y sentimientos humanos. ¿No tendrán alguna verdad que esconder? quizás sabida o ignorada. Dice un proverbio chino: antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa. Tal como nos explica Francisco J. Rubia en su libro, El Sexo del Cerebro, el sexo genético es el que está determinado por los genes. De los 46 cromosomas que tenemos, 23 del padre y 23 de la madre, 22 son coincidentes y los dos restantes son cromosomas sexuales, X e Y. Las hembras tienen dos cromosomas X, uno de cada uno de los padres (XX) y los varones tienen un cromosoma X de la madre y un cromosoma Y del padre (XY). El sexo gonadal se refiere a los órganos productores de células masculinas y femeninas, que son los testículos y los ovarios; Durante las primeras seis semanas de gestación, las gónadas se encuentran en un estadio indiferenciado del que se pueden desarrollar tanto ovarios como testículos. Aproximadamente, a las seis o siete semanas de gestación, la determinación del sexo de las gónadas es impulsada por un gen localizado en el cromosoma Y llamado SRY. En presencia de SRY, la gónada que es bipotencial, se desarrolla como testículo, si está ausente se desarrolla un ovario. Queda claro que el sexo femenino es el sexo por defecto, es decir, que sin ninguna intervención, todos los organismos serían femeninos. Así los varones que no tienen SRY en el cromosoma Y, desarrollan ovarios y parecen hembras. El síndrome de Turner es un trastorno genético en el que una mujer hereda solamente un cromosoma X en vez de dos, proviniendo tanto de la madre como del padre, teniendo por tanto el genotipo XO. El síndrome de Klinefelter, se caracteriza por la presencia de un cromosoma X adicional de manera que tienen un genotipo XXY lo que les da ciertas características  físicas. También nos habla Francisco J. Rubia de las personas con 47 cromosomas, de los cuales dos son Y, es decir con genotipo XYY con unas determinadas características de comportamiento, y que dependiendo de las circunstancias, determinadas estructuras cerebrales serán más del tipo femenino o del tipo masculino, y que es el cerebro el que determina la conducta, según sea el cerebro desde el punto de vista sexual, así será la conducta que el individuo manifieste. Además me ha parecido muy curioso saber que en las diversas especies de animales, se pueden encontrar todo tipo de comportamientos sexuales como en los seres humanos, como por ejemplo  la homosexualidad, el travestismo y la transexualidad, que muchos consideran perversiones, enfermedad o anormalidad. Y para mi sorpresa, la oferta de regalos a cambio de sexo, es decir, el sexo como mercancía entre animales. ¿Quién sabe? Quizás después de leer estas líneas con una explicación científica sobre la sexualidad (mejor leer el libro) algunos se planteen la posibilidad de ver otros comportamientos que no sean heterosexuales de forma diferente y sean más condescendientes a la hora de apuntar con el dedo. ¿Seremos capaces algún día de ver a los demás como seres espirituales independientemente de su forma física? ¿llegaremos a ver a los demás por dentro, sin preocuparnos por su sexo, su status, su cultura, su economía, etc.  La armonía debería ser la regla de oro de la vida, aunque nuestro comportamiento y nuestros pensamientos difieran unos de otros. Aprendamos a vivir juntos respetándonos, sin señalar con el dedo al prójimo cuando algo no nos agrade o nuestros pensamientos no coincidan, recuerda el proverbio que dice que cuando apuntas con el dedo, tres dedos te señalan a ti. No quiere decir que todos debamos pensar, hablar y comportarnos de igual manera, pero sí que debemos abrir nuestra mente y ser mucho más tolerantes con  comportamientos diferentes al nuestro. Tenemos derecho a la libertad de pensar y actuar como más nos convenga, pero también conceder el mismo derecho a los demás. Le dedico este artículo a mi queridísimo amigo Ra.

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