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¡Despierta!

LA CREACIÓN EN LA MITOLOGÍA OCEÁNICA

Mitología oceánica nos habla de una diosa llamada Lukelong la cual creó el Cielo y luego la Tierra. En las Islas Gilbert el Cielo y la Tierra  fueron hechos por Naruau y su hija Kobine y, según una leyenda de las Islas de la Sociedad, el dios celeste Tahatoa abrazó  una roca, fundamento de todas las cosas, que dio origen entonces a la Tierra y al Mar. En otro tipo de mitos cosmogónicos, los dioses lejos de ser los autores del Universo, no son más que uno de sus elementos y tienen el mismo origen que los demás, una especie de Nada, que es el principio de todas las cosas. Así en las Islas de la Sociedad se dice que, en las tinieblas primitivas, Taroa existía en el interior de un huevo de donde salió después. En otras regiones de la Polinesia nos dicen que al principio sólo existía Po, un vacío desprovisto de luz, calor, sonido, forma y de movimiento. De modo que de esta especie de caos, brotaron gradualmente el movimiento, el sonido, una gran luz, el calor, la humedad, la materia,  la forma y finalmente el Cielo padre y la Tierra madre, padres de los dioses, de los hombres y la naturaleza. En la cosmogonía de Hawai, la vida tenebrosa de donde habrían surgido todas las cosas no es más que el resto de un mundo anterior. En Samoa, El Universo tiene como origen una serie genealógica de rocas, primeramente las rocas de arriba y luego las rocas terrestres, de donde acabó por salir un pulpo que tuvo como hijos el Fuego y el Agua; entre esos descendientes tuvo lugar una violenta lucha en la cual el Agua venció; es decir, que el mundo fue destruido por un diluvio, siendo creado de nuevo por Tangaloa.

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