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¡Despierta!

CONSTELACIÓN DE GÉMINIS

CONSTELACIÓN DE GÉMINIS Al Norte de Géminis se encuentra el cuerpo del Lince. Según la mitología griega, Lynx, el lince, fue en un tiempo Linceo, un primo de Cástor y Pólux quien, a causa de su excelente vista, tenía el puesto de vigía en la gran nave Argos. Ovidio nos habla de un rey de los escitas llamado Linco a quien la diosa Deméter transformó en un lince porque se atrevió a intervenir en un ritual de maíz consagrado a ella. Esto quizá nos hable de uno de los defectos de los Gemelos: la excesiva curiosidad.  Esta constelación fue llamada también el Lince en el siglo XVII por el astrónomo Johannes Hevelius, de quien se dice que declaró que se debían tener ojos de Lince para poder verla. Esto connota, como significado del Lince en los Gemelos y en el Cangrejo, la visión aguda, ya sea física o intuitiva, así como la finura de los sentidos y la visión interna. En Géminis nos topamos con el Lince, se debe interpretar como una gran capacidad de moverse de un lado para otro con enorme rapidez y agilidad.  Hacia el sur de Géminis  hay dos perros, uno grande y otro pequeño,  son el símbolo de la fidelidad. A veces se describen ambos perros como simples lebreles del cazador Orión, quien se esconde en la vecina zona de Tauro pero, sin embargo, el Can menor particularmente, tiene en la mitología griega una historia más rica y simbólica. Era Maera, el fiel perro de Icaro, dícese que un día el dios del vino, Dionisios, llegó a la tierra de Ática y enseñó  a Ícaro a fermentar la uva.  Cuando los hombres experimentaron los efectos de la nueva bebida, pensaron que Ícaro los había hechizado y le dieron muerte. Maera fue testigo de la terrible acción y, lleno de dolor, se arrojó de cabeza en un pozo que estaba cerca. Zeus, conmovido por la gran devoción del animal, lo transfirió al cielo como Canis Minor.  Más al sur está Monoceros, el Unicornio, un monstruo que emite un tremendo aullido, que tiene cuerpo de caballo, patas de elefante y una cola parecida a la del venado. En la parte media de la frente posee un cuerno de un sorprendente esplendor. Para la Mitología este cuerno es un símbolo de la energía transformada en realización. El Unicornio es capaz de desafiar al león, pero sólo puede ser capturado y doblegado por una joven virgen, ante cuya presencia deja de emitir su pavoroso aullido y se torna manso como un cordero. El simbolismo de este animal con un solo cuerno quizás sea el de un único propósito u obsesión: el triunfar, bien materialmente o en el reino celestial. Pero no se ha de olvidar que el cuerno simboliza la iluminación del centro mental (entrecejo). El Can Mayor tiene un flamante ojo, la estrella Sirio, la más brillante del cielo después del Sol.  Se encuentra a 8,6 años luz de distancia. Los antiguos la llamaban el “segundo Sol” o la estrella Canina que, para ellos, representaba la llegada del calor a la tierra. A este sabueso, conocido por Laelaps, Zeus le concedió ser tan rápido que podía alcanzar a cualquier criatura que persiguiese, lo cual simboliza la prontitud de los Gemelos. Desgraciadamente, había una zorra acerca de la cual Zeus había decretado que ningún animal podría jamás atrapar. Fue un dilema para Zeus cuando Laelaps, el Can Mayor, que podía correr más rápido que cualquiera de sus presas, cayó sobre la zorra que ningún animal podía atrapar. Después de unos cuantos y furiosos minutos de indecisión, Zeus convirtió en piedras a ambos animales, pero recompensó a Laelaps colocándolo entre las estrellas. En este dilema creado vemos la paradoja, duda o dualidad a la que el signo de los Gemelos se enfrenta con frecuencia. El Can Mayor connota una forma de frustración creada por la persecución inacabable de grandes cosas. Además, Sirio añade el calor o pasión ardiente de los propósitos aunque, también, puede ser el faro de la razón que guía tales acciones. Columba, que tiene sus alas en la zona de Géminis, es la paloma mensajera (comunicación).

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