CONFLICTO

El conflicto es la expresión de una falta de armonía o equilibrio en una persona. En muchas ocasiones nos vemos obligados a coexistir con muchas personas que nos generan angustia y trastornan nuestro estado emocional, tanto por sus pensamientos como por su proceder. Sin embargo, en muchos casos está en nuestra mano evitar el conflicto o, simplemente no aceptarlo. Quién sabe de verdad qué es lo que les ocurre o buscan esas  personas que provocan y prefieren vivir en constante conflicto con los demás; quizás reclamen atención, protagonismo, deseen dar lástima etc., para saberlo, primero tendrían que ser sinceros con ellos mismos. Lo que parece claro es que ese descontento tiene una causa, significa algo y en la mayoría de las ocasiones, sólo está en sus manos el solucionarlo, no en la nuestra; obviamente se aplica a nosotros mismos. El vivir en constante conflicto con los demás o con uno mismo, ocasiona múltiples problemas, entre ellos el de el peligro de contraer enfermedades, que es mucho mayor cuando las fuerzas vitales son escasas, cuando emocionalmente estamos descontentos que cuando nos sentimos fuertes y felices. Y como por ahora, aún no tenemos a mano una panacea, (es el nombre dado por los alquimistas a ciertos medicamentos a los que atribuían la virtud de curar todas las enfermedades. Y, en la mitología griega era el nombre de una de las hijas de Esculapio, dios de la medicina) piensa en esto: Si lo que estás haciendo no funciona, no te hace feliz, para, piensa, analiza y decide actuar de otra manera; continuar actuando del mismo modo y esperar resultados diferentes es absurdo. Debes manifestar tu pensamiento, transmite lo que piensas, el guardarlo es inútil, no beneficia a nadie y mucho menos a ti, sólo te causará dolor y probablemente una úlcera de estómago. La rabia manifestada hacia fuera es sólo rabia, hacia dentro se transformará en enfermedad. La finalidad del dolor físico es hacernos saber que hay algo que necesita atención y cuidados, que algo va mal. Las emociones hay que expresarlas, el reprimirlas repercutirá negativamente en ti, se quedan atrapadas en el subconsciente. Y aprovechando la ocasión te diré que  la preocupación no tiene sentido, resulta profundamente autodestructiva y es una forma de  malgastar  energía. Aprende del dicho oriental: “Si  tiene solución no te preocupes y si no la tiene, ¿para qué preocuparse?”. El mayor poder destructivo del pensamiento reside en la influencia negativa que nuestra propia actitud mental es capaz de ejercer sobre nosotros si le damos esa posibilidad. Intenta evitar el conflicto en tu vida, piensa que si tu no lo permites nadie puede perturbarte.