RUNAS

Odín, rey de los dioses en la mitología escandinava, es el primer sabio de las runas. Para llegar a este conocimiento se colgó del árbol Yggdrasil (fresno gigante que conecta los nueve mundos) durante nueve días y nueve noches atravesado por su lanza Gungnir. Quiso beber del Pozo de Mimir, pozo de la sabiduría, pero para poder hacerlo, su vigilante Mimir le impuso que sacrificara su ojo izquierdo para obtener el conocimiento. Al beber, vio todas las pruebas que los dioses y los hombres debían soportar, pero también vio el por qué de dichas pruebas. De esa forma, conoce los misterios de los nueve mundos (los nueve lugares en que se dividía el universo) y el destino de los hombres y del universo. Además de ser el dios principal de la mitología nórdica, también era considerado el dios de la sabiduría, la guerra, la muerte, la profecía y la magia. Conocedor del secreto de las runas; el alfabeto rúnico consta de 24 signos y reciben el nombre de Futhark. Las runas se leen de derecha a izquierda, siendo la tirada más común el de las tres runas, aunque la extracción de una sola ya nos revela la respuesta a la pregunta solicitada. La palabra runa, podría interpretarse como “aprender a descubrir los secretos” y, así su facultad principal, sería la de revelar capacidades ocultas que se obtendrían mediante la meditación. Las 25 runas son: Mannaz, Gebo, Ansuz, Othila, Uruz, Perth, Nauthiz, Inguz, Eihwaz, Algiz, Fehu, Wunjo, Jera, Kano, Teiwaz, Berkano, Ehwaz, Laguz, Hagalaz, Raidho, Thurisaz, Dagaz, Isa, Sowelo, y la Runa Blanca, también conocida como Wyrd.