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MITOLOGÍA

MITOLOGÍA DE CÁNCER

MITOLOGÍA DE CÁNCER

La historia del Cangrejo celestial llamado Cáncer nos lleva a las aventuras de Hércules y sus doce arduos trabajos. El heroico Hércules fue otro de los  hijos de Zeus, nacido ilegítimamente de una madre mortal. Juno (o Hera), esposa de Zeus, celosa de esa divina infidelidad, decidió vengarse en el retoño. Por ello, invocó varios castigos terribles en contra del joven héroe, incluyendo el de la locura; finalmente, le entregó como esclavo a un rey griego, quien le impuso doce trabajos (hercúleos); después de cumplirlos sin fallar ninguno, lo dejaría en libertad. El segundo trabajo era el de matar a la Hidra de Lerna, una espantosa criatura de los pantanos cuyo aliento es venenoso, de cuerpo enorme y ocho cabezas de serpiente. Si es cortada la cabeza del centro, inmediatamente vuelve a crecer de doble tamaño. Hera, contemplando el encuentro de Hércules con Hidra, decidió intervenir en favor del monstruo y envió un cangrejo gigantesco para que distrajera al héroe, atacándolo con sus tenazas. Cáncer, el Cangrejo, fue así centinela de la Hidra y una criatura de los dioses. Juno le recompensó por su acción, dándole un lugar entre las estrellas cerca de la víctima de otro de los trabajos de Hércules, el León. El Cangrejo es una especie muy resistente y antigua, está armado de un caparazón y equipado de tenazas como armas; es enérgico y golpea a sus depredadores rápidamente y sin ningún temor.

MITOLOGÍA DE LEO

MITOLOGÍA DE LEO

La primera de las tareas hercúleas (sugeridas por Juno) pertenece a la zona de Leo; en ella, habita el gran León de Nemea, el cual fue abandonado en ese lugar por Selene, la diosa de la Luna. Solo y amargado por su destino, el león llamado Leo empezó a asolar la comarca, lo cual podía hacer fácilmente, ya que su piel era impenetrable a cualquier arma. Como rey de los dominios, temido y honrado por todos, el león de Nemea vivía como sus instintos le dictaban, alimentándose de hombres y animales hasta que  se presentó Hércules dispuesto a darle muerte. Primero, el joven héroe le disparó sus flechas, pero éstas rebotaban como pajas; luego empuñó su espada de hierro pero, al golpear al león con ella, ésta se partió en dos; aún la colosal maza de Hércules se rasgó cuando alcanzó a rozar el hocico del animal. Lleno de valor, el forzudo Hércules cayó sobre su presa y, con la fuerza de sus potentes brazos, asfixió a la fiera hasta matarla. Luego, quitándole la piel al león con las garras de éste como cuchillo, Hércules se cubrió los hombros con dicho trofeo y volvió triunfante a su amo. La muerte de Leo, (el león de Nemea) era algo inevitable, puesto que  Hércules estaba destinado a cumplir con todos los trabajos que le habían impuesto. No obstante, Zeus o, quizás Juno, en reconocimiento al obvio mérito de Leo, le puso entre las estrellas. Régulus es una de las cuatro estrellas regias, llamada el Corazón del León, la cual se encuentra en la constelación de Leo.

MITOLOGÍA DE VIRGO

MITOLOGÍA DE VIRGO

La diosa Astrea es Virgo que, junto a la constelación que representa el sacrificio de la reina Berenice (como Berenices o la Cabellera de Berenice), da las mejores cualidades al signo. Astrea o Iustitia, hija de Zeus y Temis, vivió entre los mortales durante la segunda regencia de Chronos (Saturno). Viendo que la maldad se extendía entre los hombres, se retiró del mundo junto a su hermana el Pudor y se convirtió en constelación con el nombre de Virgo.

MITOLOGÍA DE LIBRA

MITOLOGÍA DE LIBRA

La Balanza es el único símbolo inanimado de las doce constelaciones zodiacales y alude al equilibrio, la justicia y la armonía. En la antigua Roma, Julio César la consideraba símbolo de su gobierno. Anteriormente, los griegos la relacionaron con la balanza de Mechus, el legendario inventor de las pesas y las medidas. Libra igualmente fue vinculada a la diosa Harmonía, hija de Venus y Marte, cuyo matrimonio con Cadmos fue la ocasión para que los dioses rivalizaran en regalos de boda, que consistían en su mayor parte en joyas y vestidos magníficos. De Atenea, Harmonía recibió un manto y de Efesto un collar hecho por él. Desde entonces, el lujo quedó ligado inevitablemente a la constelación de Libra, del mismo modo que el buen gusto, la armonía y la concordia.

MITOLOGÍA DE ESCORPIO

MITOLOGÍA DE ESCORPIO

Escorpio, con las garras y el aguijón listos para la batalla, fue un siervo de Apolo y creado para destruir al concupiscente y vanidoso Orión, violador de doncellas y matador de bestias. Los escorpiones son arácnidos nocturnos, escurridizos y muy agresivos siendo, de acuerdo a los especimenes fósiles, una de las criaturas terrestres más antiguas. Tienen en la cola un aguijón que inyecta un veneno capaz de matar a un adulto. Cuando el escorpión se enfurece, él mismo se clava el aguijón sin quererlo y se causa la muerte a sí mismo. Scorpius era temido por Orión, pero admirado por los dioses por su fuerza, furia y grandeza.

MITOLOGÍA DE SAGITARIO

MITOLOGÍA DE SAGITARIO Sagitario es una silueta  mitad hombre y mitad caballo (centauro) con un arco tendido y preparado con la flecha. También  se le llama  Croto, quien salió a cazar a Scorpius, al que Sagittarius apunta en el cielo con su arco. Scorpius había matado al poderoso cazador Orión, situado en el gajo de Taurus. Croto estaba obligado a perseguir su presa en memoria de su amigo y compañero de caza caído. Era tal su motivación de cazar a Scorpius, que los dioses del Olimpo decidieron colocarle entre las estrellas para que encontrara a ese peligroso animal celeste.

MITOLOGÍA DE CAPRICORNIO

MITOLOGÍA DE CAPRICORNIO En la mitología es el Dios Pan, cuya madre fue Amaltea, la fabulosa cabra que amamantó a Zeus cuando era un niño. Chronos (Saturno) engendró a Pan en Amaltea. El niño salió cubierto de pelo con cuernos de chivo, cola y cascos; su madre al verlo gritó espantada y huyó con horror. Mercurio (Hermes) entonces llevó al infante al Olimpo para que divirtiera a los dioses y parece que Pan jugó su papel a la perfección. Según otra leyenda, Pan, al huir del terrible gigante Tifón, se precipitó en el mar y emergió de él en parte cabra y en parte pez. La palabra pan en griego significa “todo” porque, según una versión, el nacimiento de Pan alegró a todos los dioses.  Pan tenía una gran potencia sexual y perseguía tanto a las mujeres como a los muchachos. Era brutal y, por ello, su aparición producía  el miedo “pánico”. A Pan, de apariencia monstruosa, le gustaba el frescor de las florestas y dormía sus siestas al lado de las aguas limpias y frescas. También fue el inventor de la siringa y, con el tiempo, vino a ser para el neoplatonismo el símbolo de la energía universal y la fertilidad, así como el dios total y universal.

MITOLOGÍA DE ACUARIO

MITOLOGÍA DE ACUARIO

Ganímedes, el Aquarius mitológico, es el más bello de los mortales. Zeus, transformándose en águila, lo tomó en sus garras y lo subió a los cielos encargándole allí el oficio de copero del néctar de los dioses (intuición). El águila indica transmutación e ideales. Gamínedes impuso a Zeus la exigencia de que su cántaro nunca quedara vacío y se llenara constantemente de los depósitos del Olimpo. En esoterismo Ganímedes es el Hijo del Hombre, la raza (que ya se va gestando) de la era del Acuario para formar el llamado Quinto Reino Universal.

MITOLOGÍA DE PISCIS

MITOLOGÍA DE PISCIS Algunos dicen que estos peces son Afrodita (Venus) y su hijo Eros (Amor), quienes se transformaron en peces para escapar del monstruo Tifón. Pero también hay relación entre Piscis y las sirenas, genios marinos con rostro de mujer y cola de pez. Estas residían en una isla del Mediterráneo cerca de Sicilia y atraían con su irresistible música a los navegantes para devorarlos.  Sin embargo, los Argonautas pasaron ilesos porque en su barco iba Orfeo, que con su música tapó la de las Sirenas, salvando así la embarcación. Por otro lado, Ulises hizo tapar los oídos de sus marinos con cera y él se hizo atar a un mástil, siendo así el primer hombre que había oído a las sirenas y pudo salir ileso. Las sirenas simbolizan la ilusión, el engaño y el subconsciente.

MITOLOGÍA

MITOLOGÍA La Mitología puede muy bien ser no sólo un conjunto de cuentos fantásticos, sino que, puede representar una forma de expresión de la Sabiduría Tradicional. Esto es un hecho en lo que se refiere al tronco principal de las mitologías de los diferentes pueblos, y los mitos secundarios casi siempre tienen alguna moraleja al modo del refranero. ¿Por qué los antiguos ponían  pasiones y amores humanos en los dioses, a la vez que les atribuían poderes supranormales? Parece más bien  que lo que hoy nosotros traducimos como dioses eran, para nuestros antepasados, la representación de las fuerzas rectoras del universo. Y, de acuerdo a la sentencia hermética de “como es arriba es abajo”, las debilidades y potencias de los dioses podían ser, aunque no necesariamente, las de los hombres. De este modo, lo que llamamos mito es simbólicamente un cúmulo de experiencias humanas expresadas en forma artística y simbólica. Nuestros antepasados, estaban muy atentos al comportamiento de los dioses, pues ellos sabían que esas potentísimas fuerzas tenían efectos inmediatos sobre la vida terrestre. De ahí que siempre hubiera un cierto aire de respeto a esas energías que, como algo propio de civilizaciones ya caducas, degeneró en lo que hoy conocemos como sacrificios. En  su origen eran ceremonias de Alta Magia Blanca destinadas a contrarrestar en lo posible, con el poder mental y la voluntad de los antiguos Iniciados y, en momentos propicios determinados por la posición de los astros, a esas tremendas vibraciones que manejan nuestro planeta.  Mito, por derivar de la idea propia de “discurso”, el mito pasó a significar alrededor del siglo V a. C., “historia”, “relato de unos sucesos”. El historiador Herodoto se interesó por documentar todo cuanto fuera posible sobre las guerras entre griegos y persas, aun cuando algunos de dichos relatos pudieran tomarse más bien como mitos o leyendas. Admitió que no había certidumbre en torno a la exactitud de tales hechos, pero el interés que presentaban era tal que sencillamente no podían caer en el olvido. En el siglo IV a. C. Evémero filósofo afincado en Macedonia, llegó a sostener que todos los mitos y leyendas guardaban relación con hechos históricos y que los dioses eran, en origen, hombres que habían cosechado grandes éxitos y que, tras su muerte, recibían honores divinos por parte de un pueblo agradecido. El estudio de la épica india ha revelado inopinados paralelos entre Homero, especialmente entre la Ilíada (el relato de la caída de Troya) y el Ramayana, la expedición de Rama a Sri Lanka con el objeto de recuperar a su esposa Sita, que había sido raptada. En la antigua Sumeria, en el sur del actual Iraq, los mitos más antiguos que han pervivido nos explican que la realeza “descendía de los cielos” y que el soberano era elegido e investido por una asamblea de dioses. En el tercer milenio a. C. la deidad local se creía que era propietaria real de cada una de las ciudades sumerias, y su templo poseía y explotaba la mayor parte de las tierras de regadío, de tal manera que el rey era una especie de administrador que gestionaba los Estados del dios. Se afirmaba que inicialmente los dioses estaban obligados a trabajar; tenían que realizar duras tareas de agricultura y regadío. Pero se rebelaron por ello, y Enki (Hijo del dios celeste An.) y su madre Nammu, (Diosa del agua y de la creación) crearon un pueblo para relevarles en estas labores. Entre otras cuestiones de las que se ocupan los mitos se encuentran las desdichas, el éxito, la crueldad, el amor, la muerte, las relaciones familiares, la traición, lo antiguo frente a lo nuevo, la juventud enfrentadas a la vejez, la magia, el poder, el destino, la guerra, la oportunidad, lo accidental, la locura, la búsqueda y el viaje. La riqueza de sucesos y descripciones en la mitología indica su profundo enraizamiento en la mente humana. Aun cuando los expertos estén lejos de haberse puesto de acuerdo sobre su explicación, la visión propuesta por C. G. Jung a comienzos del siglo XX parece la más probable. Según este psicólogo suizo, todo el mundo posee tanto un inconsciente personal como uno colectivo. El inconsciente personal consta de materia atañente a la experiencia del individuo, mientras que el colectivo recoge la experiencia mental de toda la humanidad. Las máscaras siberianas de los Yup’ik expresan la unidad entre hombres y animales y traen al presente el mundo mitológico del pasado. Los esquimales siberianos de las costas del suroeste de Alaska, el estrecho de Beiring y Siberia oriental labran complejas máscaras de madera, estas máscaras representan espíritus animales y personajes míticos. Según el mito una persona puede encarnarse en un animal o en su espíritu manipulando su propia forma. Una persona portadora de máscara puede obtener influencia sobre el espíritu animal, y los chamanes suelen llevarlas en los rituales para conciliar el éxito en la caza y en la pesca. A los pueblos siberianos la ropa les proporciona algo más que calor y protección frente a los elementos. Las ropas, tanto en su uso cotidiano como en su uso ritual y ceremonial son expresión de creencias religiosas y espirituales, y guardan de los espíritus malignos. Para hacer la ropa se utilizan pieles de animales, pero los espíritus de los animales conservan el control sobre estas pieles, por lo que durante la elaboración de las ropas han de observarse ciertos tabúes.