Blogia
¡Despierta!

DESAPRENDER

DESAPRENDER

Qué difícil es desaprender, cuando somos pequeños creemos todo lo que nos dicen y todo lo que nos enseñan y, eso nos vale hasta que empezamos a pensar por nosotros mismos, al crecer y madurar, rara es la persona que no se cuestiona algo de lo que le han enseñado. No todos empiezan a cuestionar lo que le han enseñado a la misma edad ni en el mismo momento, cada uno de nosotros lo hacemos en diferentes etapas de nuestras vidas. Sin embargo os puedo asegurar que los años hacen que sumerjan de nuestra alma un montón de dudas sobre el por qué actuamos de determinada forma.

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella una piña de plátanos. Cuando un mono subía la escalera para coger un plátano, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo cuando un mono iba a subir a la escalera, los otros lo apaleaban. Pasado el tiempo, ningún mono subía la escalera a pesar de la tentación de las bananas. Los científicos entonces substituyeron a uno de los monos. Lo primero que hizo el nuevo mono fue subir a la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron; después de varios intentos con las correspondientes palizas, el nuevo ya no intentó subir de nuevo a la escalera. Un segundo mono fue substituido y ocurrió lo mismo, incluso el primer substituto participó en la paliza al novato. Un tercero fue también substituido y se repitieron los mismos hechos. El cuarto y, finalmente el quinto de los monos fue substituido. La jaula se quedó con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar a las bananas. Si fuera posible preguntar a los monos por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, con certeza no sabrían la respuesta. Quizás dirían: “no sé, las cosas siempre se han hecho así” y, yo, como tantas veces, recurro al refranero. Hay un refrán que dice:  Las costumbres se hacen leyes. 

 

Este relato se refiere a animales irracionales, pero nosotros somos “supuestamente” racionales, ¿por qué hacemos lo mismo y, repetimos lo que sabemos fehacientemente que está mal?  ¿sabéis cómo se entrenan a los elefantes? El entrenador coge al  elefante cuando es un cachorro, le pasa una cuerda por el cuello o por la pata y lo ata a un árbol. El elefantito intenta escaparse, pero el árbol es grande y resistente y no lo consigue. Después de intentarlo varias veces, desiste. El elefante, crece, es llevado al circo, y la única cosa que el payaso tiene que hacer para que esté quieto es atarlo con una cuerda a la pata de un taburete. El elefante continuará pensando que está amarrado a un árbol y, hasta un niño podría dominar al elefante, pero nosotros no somos elefantes, aunque a veces actuemos como ellos. En algún momento de nuestra vida tendremos que empezar a pensar por nosotros mismos, desaprender y darnos cuenta que hay ciertos actos que están mal, que podemos hacerlo mejor, de una manera diferente y, sobre todo más evolucionada.

 

Y, si a alguno de vosotros os han dicho desde pequeños que sois malos, vagos, inútiles, que no valéis para nada, que nunca conseguiréis vuestro objetivo, que sois unos fracasados y que nunca alcanzaréis vuestras ilusiones, NO os lo creáis, es MENTIRA. Tú puedes hacer TODO lo que te propongas. Decía Albert Einsten que: “es más fácil desintegrar un átomo que un preconcepto”

0 comentarios