CREACIÓN DE LA HUMANIDAD
Mito, leyenda, realidad, ¿quién sabe? Lo cierto es que hay cierto paralelismo entre las diferentes culturas al intentar explicar al mundo el origen o la creación de la humanidad. La Cosmogonía, (Creencia o sistema que trata del origen y la evolución del universo) en todas las culturas, incluida la bíblica se considera el universo como un caos inicial en el que una mano creadora origina el orden, aunque varía entre unas y otras culturas. La teoría cosmogónica refleja la creencia de que antes de que existiera el Universo reinaba el Caos, un vacío completo sin forma, lo no manifestado, el abismo incondicionado del que surgiría el Cosmos. El Caos es la “Cabeza Dios” que trasciende el universo físico. A partir de la permanente “noche oscura y profunda” del Caos, empezaron a moverse la vida y la conciencia. En el mito griego, Urano se convirtió en el primer dios, el responsable de engendrar el universo. Un desbordamiento de potencia creativa latente del Caos fue lo que surgió en la forma del principio cósmico de Urano, reflejo de la “Mente de Dios”, en la que la imaginación y la visualización son capaces de formar una creación espontánea manifestada. En las profundidades de este sueño existía la idea del universo, y el universo nació. En la creación original, la ideación bastaba para fertilizar y desarrollar un universo que estaba aún encerrado en el estado no condicionado del Caos. La Biblia se refiere a esta espontaneidad creativa en el Génesis, con la orden “Que se haga la Luz”. La mayor parte de las leyendas hacen descender a la humanidad de un primer matrimonio. La mayoría nos hablan de la creación o fabricación por una divinidad mediante una materia preexistente. En las islas Peleo y en el sudeste de Australia declaran que los primeros hombres fueron creados sin más explicaciones. En Mindanao se cree que los hombres surgieron de la hierba o de rosales. Según las diversas tribus de Borneo, las divinidades creadoras hicieron varios ensayos sucesivos con distintas materias; pero la explicación más difundida es la que dice que los hombres fueron creados con barro. Después de haberlos moldeado la divinidad les infunde la vida por procedimientos distintos, ya insuflándoles el principio vital, ya mediante el viento o con un fluido o licor que va a buscar al cielo. Según la teoría de Charles Darwin, (1809-1882), el mundo físico, la vida animal e incluso los seres humanos son el producto de un desarrollo gradual, con lo que la creación queda al menos negada de forma tácita. El prólogo del libro Dioses, héroes y hombres de Esteban Molist Oil, nos dice que la ignorancia es madre del error. Pero no cabe duda de que también lo es de la imaginación. Así, el hombre primitivo, a solas con la Naturaleza y los fenómenos cósmicos, de los que nada sabía, tuvo que acudir a la imaginación para explicarse el mundo que le rodeaba y sus orígenes. De aquí la aparición del Mito. Al decir de Mircea Eliade, (Filósofo rumano especialista en religión comparada, novelista y poeta. (1907-1986) el Mito narra una historia sagrada, o sea, un acontecimiento primitivo que tuvo lugar al principio de todas las cosas, envuelto en el misterio que el hombre no puede descubrir pero sí imaginar. Si queremos comprender mejor la necesidad que tenía el hombre primitivo de construir ritualmente sus mitos e incluso darles un carácter sagrado, debemos tener en cuenta su concepción del Mundo. Existía evidentemente cierta oposición entre el mundo que habitaba y el espacio infinito e indeterminado que le rodeaba. Lo primero es su propio Mundo, es su Cosmos; lo segundo es lo desconocido, lo inexistente para él. El ritual védico referente a la posesión de un nuevo territorio nos dice que esta posesión se hace legalmente válida mediante la erección de un altar de fuego consagrado a Agni. Una vez el fuego se ha encendido, Agni asegura la comunicación del Mundo con los dioses. Por lo tanto, como el poblado primitivo no puede erigirse antes de existir su propio fuego sagrado, éste debió proceder de los dioses, seres desconocidos, que debieron crear por vez primera el Mundo. Así que estoy de acuerdo con Sócrates cuando decía: Sólo sé que no sé nada.
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HernanRiosLopez -
Mr.Anonymus -
Carlos el sabio -
JUAN -
santos enrique -