QUÉ ESPERAR DE LOS DEMÁS
La mayoría de las veces los engaños son fruto de nuestras expectativas equivocadas. El desengaño que en algunas ocasiones sentimos en cualquier clase de relación, no es otro que, solemos tener expectativas diferentes a la de la otra persona, ya sea de amor, familia, trabajo, etcétera. Esperamos más de lo que pueden o quieren darnos; no hagamos castillos en el aire, no esperemos nada, agradezcamos sin más lo que hagan por nosotros y así no habrá desilusión. Debemos ser tolerantes, cuando no nos ofrezcan algo en que habíamos pensado de antemano que nos debían ofrecer; pongámonos en el lugar del otro, no sabemos si haríamos lo mismo en sus mismas circunstancias, no juzguemos y no seremos juzgados. ¿cómo podemos entender la actitud de otra persona si no estamos dentro de él? ¿cómo saber los verdaderos motivos que le hacen actuar de determinada forma? Sólo podemos saber quién es el causante de los hechos, no el culpable, para hallar al culpable tendríamos que ahondar mucho más en las vidas de las personas a las que estamos juzgando. Hagamos fácil la vida de los demás, así nuestra vida también será más fácil. No hemos venido para someternos a examen los unos a los otros, ni para juzgarnos, ni para usar a los demás con el fin de satisfacer nuestras necesidades, ni para corregir, cambiar o despreciar a los demás. Estamos aquí para apoyarnos, perdonarnos y ayudarnos los unos a los otros. Y, lo más seguro es que si juzgas a alguien, te estés equivocando, aunque creas que tienes razón.
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Santiago -