CUATRO MONEDAS
Hubo una vez un mendigo que al ver que se acercaba el rey de la comarca pensó: no puedo perder esta oportunidad, le pediré algo y seguro que al ser el rey será generoso conmigo; le pediré una moneda, aunque seguro que me dará mucho más. Majestad, ¿podría darme una moneda? El rey le miró y le dijo: ¿qué me vas a dar tú? ¿qué le vas a dar a tu rey? El mendigo azorado no sabía que responder y dijo: pero su majestad.. yo no tengo nada. El rey le dijo algo debes de tener.. ¡busca!
El mendigo enojado y al mismo tiempo asombrado buscó entre sus bolsillos y vio que tenía una naranja, un bollo de pan y algunos granos de arroz. Pensó que la naranja y el pan eran demasiado para darle así que cogió cuatro granos de arroz y se los dio al rey. El rey cogió los cuatro granos de arroz y le dijo: ¡ves como sí tenías!
El rey le dio cuatro monedas de oro, una por cada grano de arroz. El mendigo sorprendido por la generosidad del rey le dijo: majestad.... creo que tengo algo más para darte... a lo que el rey marchándose le contestó: “solamente de lo que me has dado de corazón te puedo yo dar”
La mayoría de las personas si no van a recibir nada a cambio son incapaces de dar y no saben que la generosidad de corazón siempre tiene su recompensa, debemos aprender a dar sin más, sin esperar nada a cambio, el universo se encargará de recompensarnos.
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