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¡Despierta!

EGUNGUN

Procedentes de Yoruba (Nigeria) los yorubanos llevaron a Brasil su ancestral tradición religiosa llamada Eguns y, con ello legaron el culto a divinidades denominadas Orixás. Según esta tradición, para los yorubanos, la muerte no es el final ya que ellos creen en la filosofía de la reencarnación con algunas variantes. Ellos rinden culto no solo a sus divinidades, sino también a sus ancestros, sobre todo a los masculinos. Creen  que la persona después de su muerte renace en la familia a la que pertenecía en vida; ya en un cuerpo tanto femenino como masculino. La palabra con que designan a la reencarnación la denominan Atunwa, y considerarían un castigo para ellos no tener la oportunidad reencarnarse de nuevo. Iami Agbá es el nombre designado para los muertos del sexo femenino, cuyo significado es mi madre anciana, no son individualmente venerados, sino de forma colectiva exclusivamente por mujeres y representada por Iami Oxorongá (la gran madre) ya que piensan que sólo ellas pueden manipular el poderoso y a la vez peligroso poder femenino de Iami Agbá. Es tal el miedo a la ira de Iami que algunos hombres se disfrazan de mujer y bailan para mantener la armonía entre el poder femenino y masculino. Al culto colectivo de los muertos masculinos se denomina la Sociedad de oro. Oro es una divinidad equivalente a Iami Oxorongá, el cual representa a los antepasados masculinos y en este caso el culto es exclusivo de hombres. Celebran ritos en honor a personas que por alguna causa tuvieron una posición destacada en su comunidad y gracias a estos ritos piensan que continúan presentes en sus descendientes. Sólo los muertos del sexo masculino se aparecen de forma visible aunque camuflada, a las mujeres les está negado este privilegio. Denominan Egum o Egungum a la respuesta religiosa después de la muerte, es la muerte que vuelve a la tierra en forma espiritual y visible gracias a través de los ritos que elaboran los sacerdotes(Ojé) con invocaciones, palabras y gestos. El Egungun se presenta con forma corporal humana cubierto de ropa con múltiples tiras de colores de tal forma que no se descubre quién está debajo de la ropa, emite sonidos guturales y por ninguna razón debe ser tocado por ningún ser humano, a riesgo de contaminarse con gran cantidad de energía negativa. Y si alguna persona fuera tocada por Egum, el peligro la rondará. Existen muchas variedades de Egum, entre ellos está el llamado Baba Egum (padre), estos pertenecen a Egum que gracias a haber completado todos los ritos sus voces son liberadas y se les permiten conversar con los vivos y, también los Apaaraká que por estar en proceso de formación son mudos y suelen ser imprevisibles y traviesos causando miedo a la gente. Según esta creencia cada persona pertenece o posee su propio Orixá, y el Egum vestirá las ropas correspondientes al Orixá del muerto cuando aparezca.

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