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¡Despierta!

FENG SHUI, HOGAR

FENG SHUI, HOGAR

Vivir en una casa sin armonía, es  un obstáculo para la salud física, mental y la consecución de la armonía interna. El sentido del olfato está asociado a las emociones y, dependiendo del perfume que utilicemos, despertaremos emociones positivas o negativas según sean nuestros recuerdos. El Cedro calma los nervios, la Lavanda calma y armoniza, el Limón revitaliza. Con el sentido del tacto, muchos tienen  la irresistible tentación de tocar, siendo para ellos un acto reflejo, ya que les resulta difícil detener su impulso ante algo que tienen  ante sus ojos, el tacto es una acción que completa nuestra percepción inicial y el no poder hacerlo, muchas veces inhibe y coarta a las personas. Por esa razón en muchos hogares nos sentimos incómodos si los anfitriones o la decoración no nos brindan esa oportunidad. El sonido es muy importante en nuestra vida y muchas veces dependemos de él para sentirnos relajados o estresados. Crea el ambiente y la atmósfera adecuada en muchas ocasiones, así que dependiendo de la música que elijamos, nuestro hogar puede ser un lugar armonioso o un lugar de confusión. Un aspecto del Feng Shui es recuperar el equilibrio que nos da la naturaleza y, al no poder hacerlo diariamente en las grandes ciudades, lo que podemos hacer es trasladar parte de esa naturaleza a nuestro hogar. Y, la única forma de conseguirlo es tener  plantas que nos agraden tanto a nuestra vista como a nuestro tacto e, incluso que nos despierten recuerdos y aromas agradables. En muchos momentos su simple contemplación nos equilibra. Ya os he hablado de las propiedades y el poder de los colores; el Feng Shui, también nos habla de su energía. Los colores producen efectos psicológicos y fisiológicos y al utilizarlos de manera adecuada crearemos la atmósfera deseada en cada habitación de nuestro hogar. Utilizando el color, podemos crear en cada ambiente la atmósfera que deseamos, ya sea estimulante, sosegada, creativa, o relajada. Para el Feng Shui los colores están asociados al Yin y al Yang.  El Yin simboliza lo femenino, y representa el lado negativo, pasivo, oscuro y frío de la realidad, los colores asociados a él son el rosa, azul, el negro, y los naturales. El color rosa tiene un efecto relajante, tranquiliza y da paz interior, es un color idóneo para salas de estar, dormitorios, pero  no tanto para nuestro lugar de trabajo. El color azul al ser sedante, también puede ser bueno para dormitorios siempre que tengan mucha luz natural y para lugares donde queramos sentirnos calmados, nunca en restaurantes o cocinas ya que el azul es un inhibidor del apetito. El negro es la ausencia total del color y sólo se debe utilizar si lo que buscamos es dar profundidad, misterio y tenebrosidad. Los colores naturales tales como el  bêge, crudo, madera, tierra, son colores que proporcionan estabilidad y son adecuados para las personas nerviosas ya que transmiten quietud, el mezclarlos con otros más alegres harán que resulten menos aburridos. Sin embargo los colores naturales no son buenos para los trabajos creativos. El Yang simboliza lo masculino y representa el lado positivo, activo y cálido; los colores asociados al Yang son el verde, el amarillo, el rojo, el naranja, el blanco. El verde es tranquilizador, tibio, sosegado y refrescante, proporciona el ambiente ideal para tareas sedentarias, la concentración y la meditación, con lo cual no sería bueno en dormitorios de niños pequeños; es un color que está asociado a la inmadurez. El amarillo es un color estimulante, puede ser adecuado para una cocina pero nunca para la habitación de un bebé, es un dato curioso que los bebés lloran más en habitaciones de este color. El color rojo transmite energía, actividad, acelera el crecimiento de plantas y animales; en decoración se debe utilizar con moderación y nunca en lugares de trabajo ya que este color además de atraer la atención, incita a la violencia. El color naranja es estimulante,  ayuda a la digestión y la utilización de elementos de este color hace que aumente el apetito. No es bueno para lugares donde se requiera concentración. El blanco es un color espiritual, irradia limpieza, pureza y da amplitud a cualquier estancia. La armonía se logra cuando el color, las texturas, los sonidos y los aromas confluyen hacia un mismo objetivo.

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