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¡Despierta!

¿POR QUÉ NO HICISTE NADA?

¿POR QUÉ NO HICISTE NADA?

Se hallaba un ferviente cristiano en el salón de su casa, cuando sintió que a causa de una gran tormenta se iba inundando su pequeño pueblo, todos huían hacia tierras más sólidas. El nivel del agua subía y su casa estaba  parcialmente inundada  pero él se negaba a huir, en su fuero interno estaba convencido de que Dios le salvaría, gracias a su gran fe en Él. Pasó un vecino montado a lomos de un caballo y le dijo, ven, sube y huiremos juntos de esta inundación; pero el ferviente cristiano se negó, seguía confiando en que Dios le salvaría. El agua había alcanzado la segunda planta de la vivienda, cuando pasó otro vecino en una pequeña barca, sube le dijo y te salvarás. Tampoco en esta ocasión quiso este fervoroso cristiano subir a la barca, seguía convencido que Dios haría algo y le salvaría. El agua seguía creciendo y tuvo que refugiarse en el tejado de su casa, donde unos minutos después pasó un helicóptero que le volvió a ofrecer ayuda para salvarse de la inundación e igualmente en esta tercera ocasión rehusó la ayuda para salvarse diciendo confío plenamente en Dios, Él  proveerá. Y este buen cristiano se ahogó. Al llegar ante Dios, bastante molesto por lo ocurrido, le dijo a Dios: yo confiaba en ti, ¿por qué no has hecho nada para salvarme? Y, Dios le dijo, te envié un caballo, una barca y un helicóptero, ¿no te parece suficiente ayuda? En fin, comprendamos que, a Dios rogando y pero con el mazo dando.

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