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¡Despierta!

ABORTO

ABORTO

Dar la espalda al avance científico sería cerrar las puertas a beneficios que hasta no hace mucho tiempo serían inimaginables. Pero utilizar el aborto como control de natalidad, me parece espantoso y cruel. Habrá quien me diga que desde que el mundo es mundo ha habido abortos, efectivamente tienen razón. Las mujeres que se encontraban en esa difícil situación, estaban obligadas por la hipócrita sociedad de su tiempo, que no les dejaban otra salida que poner su vida en  peligro con métodos cruentos y peligrosos. No hace tantos años, un hijo ilegitimo, era insultado llamándole bastardo y su madre era “alejada” del hogar paterno por vergüenza, obligándola a un futuro penoso. Era juzgada y condenada por mentes hipócritas y almas crueles. Que esto ocurriera en otras épocas, puedo entenderlo, pero hoy con tantas formas existentes de evitar  un embarazo, cuando no es “pecado” ser madre soltera, cuando la educación sexual es un tema del que se puede hablar sin sonrojarnos, cuando supuestamente hablamos con nuestros hijos sobre cualquier tema y si no lo hacemos nosotros, hay personas especializadas en dicha educación, no lo ENTIENDO. Pero si a pesar de tanta información, ocurre; uno debe ser responsable de sus actos, impedir una fecundación hoy día es muy fácil, sin embargo, interrumpir un embarazo, crea  problemas futuros sobre todo psicológicos que ni siquiera se plantean las mujeres que lo practican. La mujer que aborta, al transcurrir el tiempo, jamás se olvidará de este hecho, siempre lo tendrá presente y, cuando pasen los años se acordará en muchos momentos de su vida del ser al que no le dio la oportunidad de nacer. Y, aún sabiendo que un hijo en ocasiones pueda ser una carga difícil de llevar, que es una responsabilidad para toda la vida a quien debemos cuidar, proteger, educar y amar, sin esperar nada a cambio, puesto que el amor de madre es incondicional, es una decisión que no se debe tomar a la ligera, pero tampoco podemos adoptar la postura del avestruz ni recurrir a la vía fácil. Dicen que la mujer debe ser libre para elegir abortar, que es dueña de su cuerpo, siento discrepar con los que piensen así, el hecho de nacer mujer conlleva una prerrogativa, y es que nuestro cuerpo es el que está capacitado para que se desarrolle un nuevo ser, para hacer posible el milagro de la vida. Yo sobre todas las cosas, estoy a favor de una paternidad responsable, ¿pero realmente son verdaderamente responsables o conscientes los padres al cien por cien cuando deciden tener un hijo? Si la mujer no ha sabido, o podido evitar un embarazo, que piense que miles de parejas suspiran por un hijo que Dios por la razón que sea no les ha concedido y que realmente desean ser padres con todo lo que eso conlleva, que de manera conciente y meditada han decidido dar su AMOR a un hijo aunque no sea biológico. Yo no creo en los lazos de sangre, creo en los lazos del amor. No existe “obligación” de querer a una persona por pertenecer a tu familia, no quieres a tus padres, hermanos, hijos, por el hecho de serlo, sino por sus actos. Y ese  mismo avance científico que hablaba al principio te mostrará que entre 200 a 300 millones de espermatozoides emprenden el camino hacia el óvulo y que sólo uno fue el más rápido, ¿no crees que tanto esfuerzo, debería tener recompensa?

Si estamos en contra de la pena de muerte, cómo vamos a estar a favor del aborto?, qué licencia tenemos para matar? ¿no te parece innecesario acumular un mal karma añadido?

Y aunque siempre la he considerado de mal gusto, muy a mi pesar, voy a recurrir a la frase tantas veces dicha en plan despectivo hacia los defensores del aborto: Qué lástima que tu madre no pensara igual que tú. Yo nunca diría esa frase porque pienso que si estamos aquí existe una poderosa razón, aunque muchas veces ignorada. Pero yo sí que me planteo que si mi madre hubiera abortado, me hubiera negado, quizás sin saberlo, la oportunidad de crecer, evolucionar y cumplir mi misión en esta vida. Y, a pesar que en mi vida, ha habido buenos y malos momentos, muy buenos y muy malos, no dejo de agradecerle la decisión de permitirme nacer, para así tener la oportunidad de aprender las muchas lecciones que tenía pendientes. Un proverbio lapón dice: Una gema no se pule sin fricción, ni un hombre se perfecciona sin pruebas. Y si en algún momento nos preguntáramos ¿para qué?, deberíamos volver a ver  la película, Qué bello es vivir, y, así por poco que rememoremos nuestra vida, encontraremos las respuestas, todo hubiera sido todo muy diferente sin ti.

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