AMULETOS CONTRA EL MAL DE OJO
La creencia en el poder maléfico de la mirada es compartida por muchas culturas, hasta en la Biblia se hace referencia a ella. Se supone que se produce cuando alguien poseído por la envidia, transmite por medio de los ojos un deseo maligno hacia la otra persona. “Supuestamente “, quien ha sido obsequiado con el “mal de ojo”, tiene problemas amorosos, de trabajo, de familia, de salud, es decir, TODO le sale mal y, claro ¿qué hacer ante tanta desgracia? Pues acudir a los entendidos para que te liberen de esta pesadilla; amuletos, fetiches, sal, agua bendita, dinero, sí dinero, porque existen ciertos expertos en librar a la persona del mal de ojo a cambio del vil metal. Y, claro se hace lo que sea con tal de volver al estado anterior a esta fatídica mirada. Si hay que hacer cualquier clase de esfuerzo, aunque sea económico se hace, faltaría más, así uno no puede seguir viviendo. El problema es que cuanto más crea la víctima en el supuesto daño, mayor será el maleficio recibido. La Cábala nos da cuatro explicaciones para este hecho. La explicación físico espiritual, es que el mal de ojo se genera por la maldad que alberga el alma que lo provoca, siendo transmitida al cuerpo físico del receptor. La explicación de la teoría física es que el mal de ojo nada tiene que ver con las emociones que experimente el emisor, sino que se trata de una dolencia de origen genético, que determina en la mirada cierto poder de producir el mal. La explicación metafísica es que el mal de ojo proviene de un poder espiritual, místico que se encuentra en el alma de una persona, transmitiéndola directamente al alma de la otra persona, siendo los daños proporcionales al grado de envidia del emisor. En este caso cuanto más débil sea el alma receptora, más se verá afectado. Yo me siento identificada con la cuarta explicación que es la teoría de Maimónides, (1135-1204), el cual descarta totalmente la posibilidad de que la envidia pueda dañar a través de la mirada. Maimónides piensa que si se ha relacionado este nefasto sentimiento con los ojos es porque, precisamente es a través de ellos por lo que el envidioso experimenta sufrimiento por los beneficios de otros. Insiste en que si la envidia daña a alguien es solamente a quien la experimenta. Los que me conocen saben que estoy totalmente de acuerdo con esto último. No obstante desde el principio de los tiempos se emplean amuletos para salvaguardarse del mal de ojo. Portar el sello de Salomón, el Escudo de David, un pergamino con el nombre de Dios escrito, la imagen de un ángel, pronunciar el número cinco junto a la persona que te resulte de dudosas intenciones, pronunciar en voz baja (Kain ain neore) que quiere decir “ningún mal de ojo”, imágenes de peces, el “Ojo de Horus”, del que decían hacía bajar la vista del emisor anulando sus influencias negativas, algo de color azul, la piedra Ágata, utilizar una pulsera de color rojo en la muñeca izquierda atada con siete nudos, para sellar así todo tipo de males, etcétera. Feliz Cumpleaños Ra, este artículo está dedicado a ti.
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