¿PARAÍSOS PERDIDOS?
Según relata el filósofo y estadista griego Platón (427-347 a.C.) en sus diálogos Timeo y Critias, hace 12.000 años, al oeste de las Columnas de Hércules (el Estrecho de Gibraltar) había un Estado insular llamado Atlántida, cuya civilización desapareció bajo el mar con el continente en que habitaba. Cuenta que la avidez de poder de esta civilización desató la guerra con los atenienses. Mientras que el resto de los griegos se habían doblegado ante poderoso contrincante, los atenienses lograron vencerles y liberar a los esclavos del pueblo atlántico. Hace alrededor de 9.000 años, la furia de Zeus ocasionó violentos terremotos e inundaciones. Todos los atenienses en edad de guerrear fueron tragados por la tierra y la Atlántida desapareció bajo las aguas del océano. Hasta aquí la narración de Platón, que aseguraba que estaba basada en lo narrado a su vez por el sabio Solón (639-559 a.C.) un escriba del templo haría relatado la historia a Solón en Sais, la capital del Bajo Egipto. No se sabe cuáles eran las fuentes de los egipcios, cuya civilización surgió 5.000 años después del supuesto hundimiento de la Atlántida. Platón es el único autor del que se conoce algún relato acerca de la Atlántida.
Según el zoólogo británico Philip Sclater (1829-1913), Lemuria fue una franja de tierra que hace siglos conectaba la isla de Madagascar con la India. Llegó a esta conclusión porque son las dos únicas regiones donde viven lémures; dado que estos mamíferos primates no habitan en los otros territorios que se extienden entre África oriental y la India. La teoría de Sclater fue refutada a principios del siglo XX, después de que no fueran halladas pruebas arqueológicas del fragmento de tierra perdido; no obstante, su observación fue utilizada como prueba de la teoría de la tectónica de placas. Algunos grupos esotéricos atribuyeron a Lemuria las mismas cualidades que a la Atlántida. Lemuria puede considerarse un lugar de leyenda, pese a que la teoría de la tectónica de placas no ha sido demostrada con absoluta certeza. Mu fue un continente que a diferencia de la Atlántida se hundió bajo las aguas del Pacífico. James Churchward lo describió como un país con una cultura muy desarrollada que fue aniquilada junto con su continente por una erupción volcánica hace 50.000 años. Churchward no fue el primero que hacía mención de Mu, ya que el abate francés Charles-Etienne Braseur de Bourbourg ya había hecho pública su teoría acerca del continente sumergido en 1864. Como fuente mencionó el Códice Troano que él mismo había traducido. Junto a la mítica Atlántida y Lemuria, dice la leyenda que en el extremo meridional de la India existió también una isla o continente sumergido, supuestamente bajo el Océano Índico que se llamaba Kumari Kandam. Existen muchas más ciudades legendarias con sus defensores y detractores. Se dice que en los continentes africanos y americanos existieron antaño ciudades e incluso países a los que se les atribuye una gran riqueza en oro. Durante siglos se han emprendido expediciones sin resultados concretos para encontrar El Dorado, Cibola, Quivira, Ofir, Piru, Punt y algunos más. También Shambhala, es un legendario país situado en las montañas del Himalaya, según la tradición budista. Unos afirman que es real, mientras otros consideran que sólo existe en la mente. También en el Himalaya, cuenta la leyenda que existe un lugar idílico llamado Sangrilá donde sus habitantes han alcanzado la eterna juventud. ¿serán Shambhala y Sangrilá el mismo lugar?
Avalón (isla de las manzanas) es un lugar situado en el Otro Mundo según la saga artúrica. Todas las versiones coinciden en que el Otro Mundo es un lugar místico e irreal equiparable a un sueño en el que se puede actuar conscientemente, repercutiendo en la realidad. Según la leyenda sólo un reducido círculo de personas tenían acceso a Avalón; aparte de Morgana Le Fay y sus ocho hermanas, las moradoras de la Casa de las Vírgenes y las criadas de Merlín. Fuera de ellos eran muy pocos los elegidos que podían entrar en aquel lugar. La leyenda describe dos caminos de acceso a Avalón, uno era por agua, pero había que saber cómo llamar a la barca y a la tripulación; el otro era por tierra y sólo lo conocían los habitantes de Avalón. Dicen que hubo quien logró llegar después de tomar el camino por error. Uno de los requisitos indispensables para acceder a Avalón era la niebla. Tenía fama de ser una isla apacible con poderes curativos, donde Morgana Le Fay y sus hermanas dominaban el arte de la medicina. En ciertos relatos se habla de heridos que habían sido rescatados por ellas con la ayuda del barquero Barinthus para sanarlos y, así fue como llegó Arturo a la isla. (texto extraído del libro Enigmas de la Humanidad)
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