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¡Despierta!

EL PESCADOR

EL PESCADOR

Un banquero americano estaba en el muelle de un pequeño pueblo caribeño cuando llegó un bote con un solo pescador con varios atunes amarillos de buen tamaño. El americano elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlos. El pescador le contestó que no demasiado tiempo. A lo que el americano replicó: ¿por qué no ha pasado más tiempo pescando y así traer más pescado? El pescador le contestó que tenía suficiente para satisfacer las necesidades de su familia. ¿qué hace usted el resto de su tiempo?

El pescador le dijo: duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, me echo la siesta con mi mujer, tomo unas copas en el pueblo y toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida placentera y ocupada.

El americano le mira con cierta lástima y le dice: soy economista y podría ayudarte; deberías gastar más tiempo en la pesca y, con los ingresos comprar un bote más grande, al incrementar tus ingresos podrías comprar varios botes y en algún tiempo tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario, podrías hacerlo directamente a un procesador y quizás con el tiempo abrir tu propia procesadora y así controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Saldrías de este pueblo y te irías a vivir a la capital donde manejarías tu empresa en expansión.

El pescador le preguntó: ¿ y en cuánto tiempo conseguiría todo eso? A lo que le contestó el americano: entre 15 y 20 años.

¿y luego qué? el americano sonriendo le dijo: esa es la mejor parte.

Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público, te harás un hombre rico, tendrás millones.

Millones... y ¿luego qué?

Lo mejor: te puedes retirar, te vas a un pueblecito de la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, echarte la siesta con tu mujer, bajar al pueblo a tomar una copa y tocar la guitarra con tus amigos.

El pescador le mira y le dice: ¿acaso no es lo tengo ahora?

Este afortunado pescador ha conseguido lo que no consiguen la mayoría de las personas. Él  encuentra disfrute en lo que hace, sabe sacar la parte positiva de su trabajo y no desea más, su felicidad consiste en conformarse y haber sabido hallar la parte positiva de su labor diaria, se contenta con lo que tiene sin desear nada más porque probablemente ya sabe que el ser humano cuanto más tiene, más desea, pero no por eso es más feliz. Y, que en este nuestro viaje, más importante que el destino es cómo hacemos el trayecto.

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