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¡Despierta!

¿CUENTOS?

EL GRANO DE CAFÉ

EL GRANO DE CAFÉ

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante, se sentía incapaz de seguir soportando tantos problemas uno detrás de otro y sentía  que estaba a punto de darse por vencida. Estaba cansada de luchar.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la ultima colocó granos de café. Las dejó hervir. Sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, colocó el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida" ¿qué ves?" "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó:  ¿Que significa esto, padre? Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua. ¿Cuál eres tu hija? Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?" le preguntó a su hija. ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Ojalá logres ser como el grano de café, que cuando las cosas se pongan mal, tu puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer y hagas que las cosas a tu alrededor mejoren !!! Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine tu camino y el de la gente que te rodea. Que puedas esparcir con tu fuerza, optimismo y alegría el "dulce aroma del café."

¿QUÉ QUIERE REALMENTE UNA MUJER?

¿QUÉ QUIERE REALMENTE UNA MUJER?

¿cuál hubiera sido tu respuesta?

El joven rey Arturo fue sorprendido y apresado por el monarca del reino vecino mientras cazaba furtivamente en sus bosques. El rey pudo haberle matado en el acto, pues era tal el castigo para quienes violaban las leyes de la propiedad, pero se conmovió ante la juventud y la simpatía de Arturo y le ofreció la libertad, siempre y cuando en el plazo de un año hallara la respuesta a una difícil pregunta. La pregunta era: ¿Qué quiere realmente la mujer? Semejante pregunta dejaría perplejo hasta al hombre más sabio y al joven Arturo le pareció imposible contestarla. Con todo, era mejor intentarlo, que morir ahorcado, de modo que regresó a su reino y empezó a interrogar a la gente. Le preguntó a la reina, a la princesa, a todas las mujeres de la corte, a los monjes, a los sabios, en suma a todos, pero nadie le pudo dar una respuesta satisfactoria. Pero todos estaban de acuerdo en que consultara a la vieja bruja, pues sólo ella sabría la respuesta; el precio sería alto, ya que la vieja bruja era famosa en todo el reino por el precio exorbitante que cobraba por sus servicios. Llegó el último día del año convenido y Arturo no tuvo más remedio que consultar a la hechicera. Ella accedió a darle la respuesta a condición de que primero aceptara el precio. Su precio era casarse con el sobrino de Arturo, Gawain, el caballero más noble de la Mesa Redonda. El joven Arturo la miró horrorizado; era jorobada, feísima, con un solo diente y despedía un hedor que daba nauseas, nunca había conocido una criatura tan repugnante. Se acobardó ante la perspectiva de pedirle a su amigo que asumiera por él una carga tan terrible. No obstante, al enterarse del pacto propuesto, Gawain afirmó que no era un sacrificio excesivo a cambio de la vida de su compañero y la preservación de la Mesa Redonda. Se anunció la boda y la vieja bruja con su gran sabiduría dijo: 

“Lo que realmente quiere la mujer es ser soberana de su propia vida” Todos supieron al instante que la hechicera había dicho una gran verdad y que el joven Arturo estaría a salvo. Así fue; al oír la respuesta, el monarca vecino le devolvió la libertad. A la boda asistió la corte en pleno y nadie se sintió más desgarrado entre el alivio y la angustia que el propio rey Arturo. Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso. La vieja bruja hizo gala de sus peores modales: comió sin cubiertos, directamente del plato, emitió ruidos y olores espantosos, y, así llegó la noche. Cuando Gawain ya preparado para ir al lecho nupcial aguardaba que su esposa se reuniera con él, ella apareció radiante, con el aspecto de la doncella más hermosa que un hombre desearía ver. Gawain quedó estupefacto y le preguntó qué había sucedido. La joven respondió que como había sido cortés con ella, la mitad del tiempo se presentaría con su aspecto horrible y la otra mitad con su aspecto bello. Que él decidiera, cuál prefería para el día y cuál para la noche. ¡Que cruel pregunta¡ Gawain meditó, ¿quería tener durante el día a una joven bella para exhibirla ante sus amigos y por la noche en la privacidad de su alcoba a una bruja espantosa? O, prefería tener de día a una bruja y por las noches en los momentos íntimos de su vida a una joven hermosa? El noble Gawain le contestó que la dejaría elegir por sí misma. Al oír esto, ella le dijo que sería una hermosa dama de día y de noche, porque él la había respetado y le había permitido ser soberana de su vida.

En clave de humor, esta leyenda del rey Arturo nos viene a decir que: no importa si la mujer es bonita o fea... en el fondo, siempre será una bruja...

LLAMADOR DE ÁNGELES

LLAMADOR DE ÁNGELES

Los duendes son seres mitológicos elementales de la naturaleza, guardianes de los bosques y sus habitantes, siendo su rey según la mitología celta, Oberón. Son seres muy populares en la mitología celta y nórdica y pertenecen a la misma familia que los Elfos, Hadas y Trols. Existen Elfos de luz y Elfos de oscuridad, los Trols, sin embargo son duendes malignos, enemigos de la raza humana. Los duendes son expertos en las ciencias ocultas, pero su magia no alcanza a quien tenga un trébol de cuatro hojas o una imagen de San Patricio, por haber sido el que les desterró de la Casa de Dios. Hay duendes traviesos que pueden hacerte la vida imposible y duendes buenos que ayudan en secreto a los seres humanos. Y, según cuenta la leyenda, hace miles de años un grupo de estos duendes buenos tuvieron que huir del bosque donde vivían en busca de un lugar alejado del peligro que les asechaba. Pero gracias a su amistad con los ángeles, éstos les obsequiaron con un colgante con una bola que tenía dentro unas pequeñas campanillas como símbolo de protección. Los ángeles les dijeron que cuando se sintieran en peligro o desprotegidos, agitaran la bola y al oír las campanillas los ángeles acudirían en su ayuda. Sólo pusieron una condición, que era de uso personal y nunca podrían prestarlos, porque si lo hacían, la magia desaparecería y su protección con ella. Los duendes llamaron a esta bola “llamadores de Ángeles”. Como ya sabéis cualquier amuleto funcionará si tenéis fe en ellos, pero nunca está de más tener una forma tan directa para ponerse en contacto con los Ángeles o con tu Ángel Guardián en los momentos difíciles.

TEORÍA

TEORÍA

No puedes transmitir un pensamiento si previamente no crees en él. Si no crees firmemente en lo que dices, nunca transmitirás credibilidad. Dicen que la cara es el espejo del Alma, yo estoy de acuerdo, si eres observador, siempre notarás cuando una persona no te dice la verdad o no cree en lo que te está diciendo; de hecho en algunos anuncios de televisión se percibe que la anunciante jamás ha probado tal o cual producto y si lo ha hecho está claro que no le ha gustado. Igualmente cuando haces una entrevista de trabajo, si tu no crees en ti, en lo que dices, no te será fácil conseguir engañar al entrevistador, a no ser que seas un profesional del engaño.  En el libro El Guerrero Pacífico de Dan Millman encontramos este ejemplo de teoría. Una madre llevó a su hijo a casa de Mahatma Gandhi. Ella le suplicó: “Se lo ruego, Mahatma, dígale a mi hijo que no coma más azúcar”. Gandhi reflexionó y luego declaró: “Traiga a su hijo dentro de quince días”. Sorprendida, la mujer le dio las gracias y le prometió que haría lo que le había pedido. Quince días después, volvió con su hijo. Gandhi miró al muchacho a los ojos y le dijo: “Deja de comer azúcar”. .Agradecida, pero extrañada, la mujer preguntó: “¿Por qué me pidió que lo trajera dos semanas después?. Podía haberle dicho lo mismo la primera vez”. Gandhi respondió: “Hace quince días, yo comía azúcar”.

BESOS

BESOS

Este ingenuo cuento nos relata cómo la simplicidad de los pocos años hace que nos planteemos el sacar el niño que llevamos dentro y poner un poco más de  imaginación en el día a día. Cuentan que un papá recriminó a su pequeña hija el desperdiciar un rollo de papel de regalo para envolver una caja. La niña, a pesar de todo continuó envolviendo su “regalo” y lo dejó debajo del árbol de Navidad. A la mañana siguiente, todos fueron abriendo sus regalos, y la niña entregándole al padre la caja que había envuelto le dijo: esto es para ti papá. Avergonzado por su reacción del día anterior, abrió el regalo. La caja estaba vacía, así el papá le dijo a la niña: pero hija la caja está vacía. La pequeña medio llorosa por la incomprensión del padre le dijo: Papi, la caja no está vacía, la llené de besos para ti. El padre emocionado abrazó a su hija agradeciéndole el regalo. Al pasar los años, el padre que había guardado amorosamente la caja, cuando se sentía solo, la abría y sacaba uno de esos besos imaginarios que su hija le regaló un día; así se llenaba del más puro amor.

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Un hombre buscó a un hombre sabio y le preguntó: Maestro, dime cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno? Imagina una montaña de sabroso arroz y alrededor una multitud de hambrientos con palillos más largos que sus brazos, cuando cogen el arroz no pueden llevárselo a la boca y son víctimas de la frustración y el sufrimiento. Ese es el infierno, contestó el maestro. ¿Y el cielo?, preguntó de nuevo el hombre. Imagina una montaña de sabroso arroz y alrededor una multitud de personas alegres. Sus palillos son más largos que sus brazos, y cuando cogen el arroz se lo dan unos a otros. Ese es el cielo, contestó el maestro. Cuento de Sabiduría sufí.

PACIENCIA

PACIENCIA

Dice un refrán persa que la paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces. La paciencia es la virtud más difícil de practicar y, de hecho el premio a la paciencia, es la paciencia misma. Todo ocurre cuando tiene que ocurrir;  yo, he sido impaciente por naturaleza y,  creo que por esta razón  he tenido que esperar más  para cumplir mis sueños y objetivos, de hecho, suelen llegar cuando ya no los esperas. Me ha costado mucho cultivar esta virtud, pero puedo decir que lo he conseguido. Tardé,  pero comprendí que cuanto más deseas una cosa más tarde suele llegar, y en todas las situaciones procuro recordar este pequeño gran  texto que dice así: Un caracol, una fría mañana de invierno empezó a subir por el tronco congelado de un cerezo. Mientras se movía lentamente hacia arriba, un escarabajo sacó la cabeza por una grieta del árbol y dijo: ¿Qué haces? voy a comer cerezas. Estás perdiendo el tiempo. No hay cerezas arriba. ” El caracol prosiguió su camino y contestó:  Las habrá cuando llegue.

BUSCANDO A BUDA

BUSCANDO A BUDA

Muchas veces pensamos que nuestra vida no tiene sentido, o por lo menos no el sentido que nosotros quisiéramos. Olvidamos cual es la misión que hemos venido a cumplir, y vemos cuando nos marcamos un objetivo, que el tiempo pasa y nos parece que nunca llegamos a alcanzarlo, hasta que nos damos cuenta que el verdadero objetivo es simplemente vivir cada día resolviendo las situaciones que se nos presenten con la mejor animosidad posible. Nuestro espíritu siente que va pasando el tiempo y la meta deseada parece que nunca llegaremos a cumplirla, que  nuestros propios sueños siempre se ven impedidos por algún obstáculo. Pero el cuento del monje que buscaba a Buda, nos enseña cuan ingenuos somos al no entender que al perseguir una meta que creemos es el hecho principal en nuestra vida, debemos andar “un camino” no siempre recto, pero que al final con sus trechos rectos y sus curvas, sin darnos cuenta llegaremos donde debemos ir y, nos damos cuenta que el hacer “el bien” siempre tiene premio. Tres monjes buscaban afanosamente encontrar a Buda y, juntos emprendieron su marcha tras él. Querían oír de su propia boca sus enseñanzas, querían estar cerca de él, verlo, tocarlo, pensaban que si perdían esta ocasión jamás tendrían otra oportunidad igual, ya que les habían dicho que Buda estaría en una ciudad próxima. Emprendieron la marcha pero les sorprendió una tormenta y un bondadoso pastor les dio refugio; al día siguiente, los monjes ansiosos reemprendieron su marcha, pero el tercero, quizás por su juventud, iba casi siempre rezagado y se dio cuenta que la tormenta había dispersado el rebaño del bondadoso pastor y que él solo nunca podría reunirlas. Así que el joven monje se quedó y ayudó al pastor a reunir su rebaño, hecho que le retrasó tres días. Cuando emprendió la marcha los otros monjes estaban ya lejos, y siguiendo sus huellas pasó por una granja donde una mujer le dio de beber, al mismo tiempo que le contaba que se había quedado viuda con tres hijos pequeños y no sabía cómo hacer para recoger su cosecha a tiempo. El monje se compadeció de la mujer y aún a riesgo de perder la pista a Buda, decidió ayudarla en esa ardua tarea que duró muchos días. Cuando terminó, el monje pensó ¡Por fin! si ando más deprisa quizás alcance a mis compañeros. Unos lugareños  le dijeron que Buda se dirigía hacia una ciudad cercana y, presto fue tras él. Pero al pasar cerca de un río, oyó pedir auxilio a una pareja de ancianos que se habían caído de su barca, les ayudó a salir del agua, les abrigó y les buscó comida, y cuando ya estaban recuperados, siguió su marcha. Y, así fueron pasando los años, siempre encontraba a alguien en apuros y, siempre su bondadoso corazón le hacía retrasar lo que más deseaba ayudando a los demás. Finalmente supo que Buda iba a estar en Vaishali, ciudad que eligió Buda para morir, apenas a unos pocos kilómetros de donde se encontraba; así que recogió sus pocas pertenencias y rápidamente se dirigió hacia donde creía iba a encontrar por fin a Buda con la firme decisión de no volver a detenerse por nada. A la entrada de la ciudad, junto a un árbol, se topó con un ciervo herido, le miró y se dijo no puedo auxiliarle, si lo hago perderé esta última oportunidad; pero por otra parte ¿cómo presentarme ante Buda sabiendo que el perro morirá si no lo cuido? Dio apenas unos pasos y retrocedió, su alma nunca viviría en paz si le dejaba. Así, le lavó sus heridas, le dio de beber, de comer, le abrigó, le cuidó y veló su sueño; a la mañana siguiente el perro se había recuperado. El monje lloró desesperadamente al ver que había perdido su última oportunidad, nunca podré encontrarle dijo. No sigas buscándome, porque me has encontrado, en ese momento la figura del perro se llenó de luz y tomó la forma de Buda. Nunca me hubieras encontrado si no hubieras auxiliado a este perro. Mientras haya almas como la tuya, sacrificando sus deseos por ayudar a los demás, siempre estará vivo el Espíritu de Buda. Y, así, sin saber que día a día estaba alcanzando su meta, su meta alcanzó a este bondadoso monje.

¿POR QUÉ NO HICISTE NADA?

¿POR QUÉ NO HICISTE NADA?

Se hallaba un ferviente cristiano en el salón de su casa, cuando sintió que a causa de una gran tormenta se iba inundando su pequeño pueblo, todos huían hacia tierras más sólidas. El nivel del agua subía y su casa estaba  parcialmente inundada  pero él se negaba a huir, en su fuero interno estaba convencido de que Dios le salvaría, gracias a su gran fe en Él. Pasó un vecino montado a lomos de un caballo y le dijo, ven, sube y huiremos juntos de esta inundación; pero el ferviente cristiano se negó, seguía confiando en que Dios le salvaría. El agua había alcanzado la segunda planta de la vivienda, cuando pasó otro vecino en una pequeña barca, sube le dijo y te salvarás. Tampoco en esta ocasión quiso este fervoroso cristiano subir a la barca, seguía convencido que Dios haría algo y le salvaría. El agua seguía creciendo y tuvo que refugiarse en el tejado de su casa, donde unos minutos después pasó un helicóptero que le volvió a ofrecer ayuda para salvarse de la inundación e igualmente en esta tercera ocasión rehusó la ayuda para salvarse diciendo confío plenamente en Dios, Él  proveerá. Y este buen cristiano se ahogó. Al llegar ante Dios, bastante molesto por lo ocurrido, le dijo a Dios: yo confiaba en ti, ¿por qué no has hecho nada para salvarme? Y, Dios le dijo, te envié un caballo, una barca y un helicóptero, ¿no te parece suficiente ayuda? En fin, comprendamos que, a Dios rogando y pero con el mazo dando.

ÁNGEL DE LA GUARDA

ÁNGEL DE LA GUARDA

Un ángel es un espíritu celestial considerado como mensajero, o intermediario, entre Dios  y la humanidad. Orígenes, (teólogo y exegeta bíblico, uno de los más célebres autores de la Iglesia primitiva) en el siglo II, decía que Dios nos designa un ángel para que nos guíe y nos proteja. El día de los Ángeles Custodios se celebra desde el año 1608, el día dos de octubre. El Ángel de la Guarda, es más que nada la personificación de nuestras buenas obras de las vidas pasadas, el que, aunque invisible, está siempre en nosotros impulsándonos a obrar rectamente y hacer el bien. Esta pequeña gran leyenda se la dedico a Miguel Ángel, que ayer, día 29 llegó a nosotros. Un alma joven se prepara para regresar a la Tierra, está temerosa de todo lo que le han contado sobre la Tierra y, quiere que Dios le de respuesta a algunas de sus preguntas. Así, que se dirige a Dios y le dice: me vas a enviar mañana a la Tierra, pero, ¿como viviré tan pequeño e indefenso como soy? Dios le dijo: quédate tranquilo, entre mis muchos ángeles escogerás a uno; ya te está esperando, cuidará de ti, te protegerá de todo mal, será sólo para ti. Pero,  yo no sé hablar, ¿cómo me comunicaré con los hombres de la Tierra? Tu ángel con mucha paciencia te enseñará a hablar y te dirá las más dulces palabras que puedas jamás escuchar. Unos segundos después dijo: es que tampoco sé andar. Tranquilo, tu ángel te enseñara a hacerlo y cada vez que te caigas te ayudará a levantarte. Me han dicho que en la Tierra hay hombres malos ¿quien me defenderá? Tu ángel te defenderá aún a costa de su  propia vida. Pero... yo estaré siempre triste porque no te  veré más, Señor... Yo siempre estaré a tu lado y tu ángel te hablará de mi y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia. En ese instante se empezaban a oír voces terrestres y el niño presuroso repetía suavemente:  Dios mío, Dios mío,  ya me voy, dime su nombre... ¿como se llama mi ángel? ¿como se llama mi ángel? Su nombre no importa, tu le llamarás  MAMÁ. Y, para ti, mamá, enséñale esta pequeña oración. Ángel de la guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me pongas en los brazos de Jesús, José y María.

HUELLAS EN LA ARENA

HUELLAS EN LA ARENA

Cuantas veces nos sentimos abandonados de la mano de Dios, en las circunstancias más difíciles de nuestras vidas, siempre pensamos que estamos solos frente a las pruebas a las que nos vemos sometidos. Craso error el nuestro. Este pequeño gran cuento puede hacernos meditar y darnos cuenta que Dios siempre está con nosotros, sobre todo en los peores momentos, si no fuera así, en numerosas ocasiones no podríamos soportar las duras cargas que muchas veces debemos soportar. Dice este pequeño relato que al morir una mujer revivió su vida y la visualizó a través de la orilla de una gran playa. Se dio cuenta que en casi todo el trayecto veía sus huellas y, paralelas a las suyas, había otro par. Pero en determinados tramos, sólo veía un par de huellas y “casualmente”  esos tramos correspondían con los momentos más duros que tuvo que vivir. Entonces le dijo a Dios: Señor, a través de tu palabra he creído entender que me acompañarías siempre a lo largo de mi camino en la Tierra, sin embargo, en muchas ocasiones sólo veo un par de huellas. Y Dios con su infinita bondad le dijo: siempre he estado contigo, siempre te he acompañado y siempre te he cuidado. Cuando has visto en la arena sólo un par de huellas es cuando te llevaba en brazos. Le dedico este artículo a mi nueva amiga Karin.

CÓMO VIVIR

CÓMO VIVIR Hay que vivir de acuerdo a tu criterio, nunca a gusto de los demás, es difícil contentar a todos los que nos rodean, toma las riendas de tu vida en el sentido que creas conveniente. Tenemos derecho a la libertad de pensar y actuar como más nos convenga, pero igualmente conceder el mismo derecho a los demás. No debemos ser gregarios y seguir las directrices de otros, lo que es bueno para ti puede que no sea bueno para el otro y viceversa. Sé fiel a ti mismo y no te avergüences de no hacer o pensar como los demás, sé tú mismo.  Lo fácil sería estar como los ascetas, en un lugar solitario, sin tentaciones, sin nada que envidiar, sin nada que anhelar del prójimo, lo difícil es estar aquí; en contacto con nuestros semejantes, haciendo frente a los imperativos de una  sociedad llena de tentaciones y salir airoso. Tan inútil y vana es una vida de mortificación, como una vida de placeres, todo en extremo es dañino, Buda también llegó a esta conclusión y sabiamente eligió la vía de en medio. Iban un padre y un hijo al mercado y compraron un burro, de regreso a casa el padre iba montado en el burro y el hijo a pie. Al pasar unos campesinos dijeron: qué mal padre, él va cómodamente en el burro y el pobre niño andando. El padre decidió entonces que el hijo montara el burro y él fuera andando. Otros campesinos que por allí pasaron al verles dijeron: qué barbaridad, el hijo que es joven va en el burro y el padre andando. El padre entonces decidió que fueran los dos los que se montaran en el burro, pensando, así que ya nadie les criticaría. Pero al pasar por el siguiente pueblo unos vecinos del lugar dijeron: qué horror, pobre burro, qué carga tan pesada tiene que soportar.  El padre ya molesto por no acertar le dijo al hijo:  bueno, pues iremos los dos andando. Al poco tiempo otras personas que pasaron a su lado se rieron de ellos diciendo: serán bobos, tienen un burro y van andando.

“Hoy es un regalo, por eso lo llamamos presente

“Hoy es un regalo, por eso lo llamamos presente

La vida hay que vivirla en el presente, no puedes esperar “al mañana” para ser feliz. VIVE  sin prisas, todo llega, pero llega cuando tiene que llegar. ¿Sabes todo lo que te puedes perder esperando a que... obtengas un trabajo mejor, una casa, te cases, tengas hijos, crezcan, te toque la lotería, te compres un coche mejor, un barco y cuántas cosas más? Si una persona supiera de antemano que un hijo sólo viviría  quince, diez, cinco o sólo dos años, ¿te imaginas esos años?, no podría disfrutar de su compañía pensando que cada día que pasa es uno menos; sin embargo si no lo sabe de antemano, sí que podrá vivir esa experiencia plenamente, dure lo que dure. Si supieras que una relación de pareja tiene una duración limitada a unos pocos meses o años, ¿no querrías experimentarla?, ¿preferirías no vivirla o perder todos esos buenos momentos, al saber que no sería para siempre?  ¿preferirías acaso no llegar a conocer a esa persona o a ese hijo aunque fuera por un espacio limitado de tiempo? Enfócalo desde otro punto de vista, vive el presente, el momento y  siente gratitud sin más. Martín Schulman en su libro El Karma del Presente nos relata este cuento.

 

Dos monjes cruzaban un camino fangoso cuando se encontraron con una joven que estaba dudando en cruzar el camino por miedo a ensuciarse el vestido.  Uno de los monjes la cogió y la llevó a cuestas a través del camino fangoso.  El otro monje permaneció en silencio. Más tarde, esa noche, mientras  cenaban juntos, el monje que se había callado no pudo contener por más tiempo sus sentimientos. Reprendió a su amigo diciendo:

 “Ya sabes que los monjes no pueden llevar a cuestas a muchachas hermosas”. El otro monje permaneció en silencio por un momento y luego, mirando a su amigo, replicó: La dejé al margen del camino.  ¿Por qué tú la llevas aún?

Dos amigos adiestrados en la misma doctrina, con un mismo  propósito en la vida, pero que viven diferentes “ahoras”.  El monje que la ayudó a cruzar el camino y luego la dejó, no hizo del incidente más de lo que fue. Sin embargo el amigo incapaz de no darle a las cosas más importancia de la que en realidad tenía, no dejó de atormentarse por lo que el compañero hizo. No fue capaz de experimentar “simplemente” el ahora. No podemos arrastrar eternamente las culpas de lo que hicimos o no hicimos, de lo qué debíamos hacer o no debíamos hacer. El primer monje fue capaz de continuar el camino sin más, dando al hecho sólo su justa importancia, durante el resto del camino gozó del paisaje y de lo que el día le deparó. Demostró que era capaz de experimentar el “ahora”.

El segundo a pesar de todos sus estudios no es capaz de vivir el “ahora”.