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¡Despierta!

PODER DIVINO

PODER DIVINO

“Sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero”, frase atribuida a Teilhard de Chardin, sacerdote católico, paleontólogo, geólogo, filósofo y teólogo francés, autor de una interpretación evolucionista de la humanidad y del Universo compatible con el cristianismo. Desde muy niña me ha interesado los misterios de la vida, no paraba de hacer preguntas al respecto, he leído todo lo que he considerado que podría ayudarme en esta tarea, lectura que muchas veces han llegado a mis manos de forma “casual” y de hecho, de alguna forma me han ayudado. Siempre hay alguien que es más sabio que nosotros ¿por qué no aprender de ellos? Mi  alma entendía, sabía, lo que mi mente gracias a influencias externas debería en un principio rechazar y, aún así siempre he preferido hacer caso a mi intuición, corriendo el riesgo de que me consideraran en muchas ocasiones gracias a mis comentarios una persona poco común, por no decir “rarita”. Obviamente, yo entendía que cuando leía acerca de la búsqueda de  mi “Yo interior”, debían referirse a  la divinidad que hay en todos nosotros, a las palabras de Jesucristo cuando decía que nos había hecho a su imagen y semejanza, pero ¿cómo llegar a ello? Ardua tarea sin manual de instrucciones, pero la verdad es que si te lo propones, se consigue entender de qué va esto. Pascal dijo: A las cosas terrenas, hay que conocerlas para amarlas; a las cosas divinas, hay que amarlas para conocerlas.  Cuenta una vieja leyenda hindú que hubo un tiempo en que todos los hombres eran dioses, pero abusaron de su divinidad, y entonces Brahma, el dios supremo, decidió despojarlos de su poder divino y ocultarlo en un sitio de donde sería imposible que lo recuperaran. El gran problema fue encontrar un buen escondite. Se convocó a los dioses menores a reunirse en asamblea para resolver ese problema, y propusieron lo siguiente: Enterremos la divinidad del hombre en la tierra. Pero Brahma respondió: No, eso no sería suficiente, porque el hombre podría excavar y recuperarla. Entonces los dioses contestaron: En ese caso,  arrojemos la divinidad del hombre en lo más profundo de los océanos. Y Brahma respondió de nuevo: No, porque más tarde o más temprano el hombre explorará las profundidades de todos los océanos, y seguramente un día la encontraría y la traería a la superficie. Entonces los dioses menores concluyeron: No conocemos realmente un sitio donde esconder la divinidad humana. Parece no existir ningún lugar sobre la tierra o dentro del mar donde el hombre no pudiera encontrarla algún día. Entonces Brahma dijo: Esto es lo que haremos con la divinidad del hombre: la esconderemos en lo más profundo de su ser, porque es el único sitio donde nunca se le ocurrirá buscar. La leyenda cuenta entonces que, a partir de ese momento, el hombre dio la vuelta al mundo, exploró, escaló, excavó y se sumergió en todos los mares, en busca de algo que se encuentra en su interior.

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